La conducta humana.
El camino para que el hombre, como individuo,
llegue a la plenitud psíquica es complejo y refleja, de algún modo, el camino
de la evolución de las especies. A este camino evolutivo se le conoce
con el nombre de ontogenia, o desarrollo del ser viviente
desde su inicio hasta su estado adulto. Por otro lado, el estudio de
la ontogenia del comportamiento sirve para marcar el de curso
del proceso de individualización que padece la especie humana.
La psicología evolutiva es principalmente
la especialidad de la Psicología que estudia la ontogenia o
desarrollo del hombre.
El llamado ciclo vital del ser humano es la forma de
evolución de la existencia, desde el mismo nacimiento hasta la muerte. En
él se distinguen principalmente tres grandes periodos: desarrollo,
madurez e involución. El desarrollo va desde el nacimiento hasta la
iniciación de la madurez, comprendiendo la infancia, la niñez,
la adolescencia y la juventud. La madurez es un
periodo de relativa estabilidad y plenitud vital; comprende desde el final de
la juventud hasta el comienzo de la vejez. Por último, el
periodo involutivo o vejez.
Esta diferenciación de los periodos es bastante variable, ya
que existe una multitud de factores biológicos y ecológicos que participan en
la evolución de la existencia, como por ejemplo: el clima, el tipo de
vida, la constitución del individuo, etcétera. Todo esto hace que sea
imposible establecer periodos plenamente precisos, ya sea desde el punto de
vista cronológico como desde la perspectiva de su misma naturaleza.
El desarrollo en su conjunto es un proceso unitario y
continuo, aunque en realidad no se puede considerar perfecta del todo ni su
unidad ni su continuidad, ya que la continuidad del desarrollo está
interrumpida por la existencia de estadios o fases, con lo que el
desarrollo rompe su carácter progresivo; y su unidad tampoco es
plena, ya que en ella participan diversos componentes que la hacen variar según
difieren unos de otros.
Los estadios del desarrollo humano
Mucho antes de que el ser humano tenga
una conciencia desarrollada, desde el momento mismo del nacimiento y
aún en la época prenatal, el sujeto manifiesta una actividad comporta mental
mediante la cual contribuye esencialmente al mantenimiento y
desarrollo de su vida. Así, antes de llegar a la fase propia del adulto, el
psiquismo humano atraviesa por una serie de estadios o fases de desarrollo, que
han sido estudiados con detalle por varios psicólogos. Estos son los llamados
estadios evolutivos, por los que todo organismo normal debe pasar
ineludiblemente. Podrían ser definidos estos estadios como aquellas partes o
momentos del desarrollo que son difíciles en función de ciertas
características homogéneas. Todo estadio, por tanto, debe poseer las siguientes
características:
a) Debe tener un comienzo y un final claramente
definido.
b) Debe poseer un orden de sucesión
preestablecido, de unos con respecto a otros, de tal forma que exista una
jerarquización de los modos de comportamiento, con lo cual los estadios nuevos
descansen sobre los anteriores o pasados.
c) Debe poseer cada estadio periodos críticos
que capaciten al individuo para posibles aprendizajes y comportamientos.
El concepto de estadio se ha aplicado con
demasiada generosidad en psicología infantil a pesar de su complejidad, y han
sido numerosas las clasificaciones de los estadios del desarrollo humano que se
han realizado. La infancia, la niñez y la adolescencia, son las fases
del desarrollo más estudiadas por los psicólogos, ya que el despliegue del comportamiento
humano en estas fases es muy notorio.
Es en la infancia y la niñez donde la noción de estadio ha
tenido su ámbito de mayor aplicación. Muchos autores como Freud, Piaget,
Gessell, Wallon y Erikson etc., han hecho uso de categorías descriptivas para
estas fases, resultando todas ellas conjunto muy heterogéneas entre sí.
Al ser el desarrollo un proceso bio-social, y ser realidad
la existencia de diversas sociedades, no es raro que se produzcan
distintas etapas evolutivas. Este es un motivo que dificulta la homogeneidad de
las clasificaciones, produciendo así una numerosa cantidad
de sistemas clasificatorios. Por otro lado, es cierto que durante el
primer año de vida del hombre, las influencias sociales son muy profundas,
lo cual dificulta también la uniformidad de clasificación, hasta tal punto que
resulta completamente imposible integrarlas en un todo coherente.
Entonces, a continuación, en vez de exponer una versión
integrada de todas ellas, resultará mejor exponer un resumen de los sistemas
clasificatorios de las etapas del desarrollo más representativas, eligiendo
como tales a lomos de Piaget, Wallon y Erikson.
Jean Piaget
(1896-1980)
El sistema clasificatorio de Piaget se basa en el
aspecto cognitivo del comportamiento. Por otro lado, los modelos emotivos
de Piaget están sometidos a ciertos condicionamientos sociales, que afectan por
ejemplo a la edad de la aparición de los estadios.
Piaget trata de explicar el desarrollo de los conocimientos,
es decir, trata de explicar cómo una persona pasa de
un conocimiento menos verdadero o más simple, a otro más verdadero o
complejo. Para él, cada uno de los periodos que describen completa al anterior
y le supera. En un principio, Piaget señala cuatro periodos o estadios:
1º. Periodo sensomotriz. Avanza del nacimiento
al año y medio o dos años de vida. Piaget le llama así a este periodo porque el
recién nacido cuenta sólo con los esquemas senso-motrices congénitos, como son
los primeros reflejos o instintos. Poco a poco estos esquemas se van coordinando
de tal forma hasta construir la organización advertida elemental
propia de los animales, y que después se va modificando y perfeccionando.
En este período, el recién nacido se va diferenciando
progresivamente de los objetos que le rodean, por el procedimiento de
irlos definiendo, de tal forma que los objetos lleguen a cobrar
una identidad propia por sí mismos, aunque estos cambien de aspecto,
lugar y tiempo.
2º. Periodo del pensamiento pre operacional.
Comprende de los dos a los siete años. Este periodo consta de dos fases:
la fase pre operacional tal (o llamada también de
representación) y la fase instintiva.
La fase pre operacional abarca de los dos a los cuatro
primeros años del niño. En esta fase, el niño mantiene una postura
egocéntrica, que le incapacita para adoptar el mismo punto de vista de los
demás. También en esta fase, la manera de categorizar los objetos se efectúa
globalmente, basándose en una exagerada generalización de los
caracteres más sobresalientes.
La fase instintiva se prolonga hasta los siete años, y se
caracteriza porque el niño es capaz de pensar las cosas a través del establecimiento
de clases y relaciones, y del uso de números, pero todo ello de
forma intuitiva, sin tener conciencia del procedimiento empleado.
En este periodo, el niño desarrolla primero la capacidad de
conservación de la sustancia, luego desarrolla la capacidad de la conservación
de la masa, y posteriormente la del peso y la del volumen.
Piaget señala que el paso del periodo sensomotriz a este
segundo periodo se produce fundamentalmente a través de la imitación,
que de forma individualizada el niño asume, y que produce la
llamada imagen mental, en la que tiene un gran papel
el lenguaje.
3º. Periodo de las operaciones concretas. Comprende
de los siete a los once años. Este período ha sido considerado algunas veces
como una fase del anterior. En él, el niño hace uso de algunas comparaciones
lógicas, como por ejemplo: la reversibilidad y la seriación. La
adquisición de estas operaciones lógicas surge de una repetición de
interacciones concretas con las cosas, aclarando que la adquisición de estas
operaciones se refieren sólo a objetos reales.
Con esta adquisición de las operaciones concretas, se
produce una serie de modificaciones en las concepciones que el niño tiene sobre
las nociones de cantidad, espacio y tiempo, y abre paso en la mente del niño a
las operaciones formales que rematan su desarrollo intelectual.
4º. Periodo de operaciones formales. Este último
periodo en el desarrollo intelectual del niño abarca de los once o doce años a
los quince años aproximadamente. En este periodo los niños comienzan
a dominar las relaciones de proporcionalidad y conservación. A su
vez, sistematizan las operaciones concretas del anterior periodo, y desarrollan
las llamadas operaciones formales, las cuales no sólo se refieren a
objetos reales como la anterior, sino también a todos
los objetivos posibles. Con estas operaciones y con
el dominio del lenguaje que poseen en esta edad, son capaces de
acceder al pensamiento abstracto, abriéndoseles las posibilidades
perfectivas y críticas que facilitan la razón.
A modo de resumen, para Piaget todo el proceso de desarrollo
de la inteligencia está un proceso de estimulación entre los dos
aspectos de la adaptación, que son: la asimilación y la acomodación.
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